::: corona y pelos al viento :::

locuras que se ocurren y tengo ganas de contarles

miércoles, mayo 24, 2006

Hace unos días se murió el gordo Porcel. Nunca fue un actor de mi preferencia, si he visto la mayoría de sus películas fue porque a fines de la década del 80, en mi casa no había cable (no recuerdo si en otras más pudentes había, en la mía no) y los domingos al mediodía había que pasarlos como sea, entonces papá ponía el viejo canal 11 y allí aparecía el gordo, acompañado siempre por Olmedo. Y a las noches, pasaban las películas con estos mismos actores pero un poco más subiditas de tono (para la época). No podía entender cómo Susana Romero, Susana Gimenez, Moria Casán y demás gatos de esa época morían de amor por el gordo y se tiraban encima de tanta carrrrrne, llenas de voluptuosidad y lujuria (sí, para la época). después se mató Olmedo y el gordo se envolvió en una nube mística y se fue al país del norte a predicar andá a saber qué y se olvidó de todos nosotros.
Este post no es precisamente un homenaje a él, sino a esas tardes y noches de domingo que pasábamos con mi papá.